Foro Social de Trabajo Social, espacio para crear y recrear la disciplina
En medio del trabajo que implicó construirlo, perfilarlo… ¡parirlo!, nos alentaba la esperanza de lograr y compartir una expresión concreta del “otro mundo posible”. Y, en cierto sentido, lo fue. Más de dos mil personas se congregaron en un pequeño espacio que se inundó de color, voces, diálogo y contradiálogo.
Como mencionaban l@s compañer@s organizadores, esta experiencia -y especialmente, su masiva convocatoria- reveló la enorme necesidad de construir escenarios que permitan reunirnos en tanto Comunidad de Trabajo Social, donde no sólo converjan quienes estudiamos o estudiaron la disciplina en -alguna- academia, sino tod@s aquell@s que día a día trabajan por la construcción de un mundo distinto, más justo y más pleno.
La diversidad de las temáticas presentadas, que expresó una vez más la heterogeneidad de la que está compuesta Trabajo Social, también refleja la dificultad existente a la hora de buscar la convergencia/divergencia necesaria para avanzar en la discusión y construcción de conocimiento-experiencia; sin duda, una meta importante para el Segundo Foro.
Este Foro, como espacio de relación, se posicionó también como una plataforma de creación de lazos que –ojalá- generen nuevas posibilidades de acción en torno a las temáticas que nos convocan, las situaciones que restringen, propician y dan sentido a nuestro quehacer. La necesidad de asumir conjuntamente dichas situaciones, es uno de los objetivos más importantes y siempre actuales en ello.
Hoy, en pleno proceso de evaluación, l@s invitamos a hacerse parte de esta expresión de acción colectiva, donde la proyección del trabajo desempeñado hasta la fecha es clave, y la replicación de la misma en un par de años… un desafío ya impuesto; para ello, es fundamental que se integren más actor@s, que enriquezcan aún más este quehacer y las miradas en torno a él. Finalmente mencionar, a través de este nuevo aprendizaje, que la participación y sus matices no se construyen desde una sola acción y mirada –que egocéntricamente, solemos definir como la propia-, sino de acciones y sucesos entrelazados, prestando atención al detalle, a los gestos, las palabras y su contenido, re-definiendo un norte preciso… y definiendo nuestro aporte.